La confianza es un camino de dos direcciones -dijo él con dureza. – ¿Qué insinúa? -Que no se puede exigir confianza cuando no se otorga.



La confianza es un camino de dos direcciones -dijo él con dureza

En una clase dedicada a la estrategia a través de la cadena de valor, el profesor nos compartió una fábula que dejó una profunda impresión en nosotros:

Había una vez tres amigos inseparables que compartían un vínculo profundo. Siempre estaban juntos, pero un día surgió la pregunta de qué sucedería si algún día tuvieran que separarse y luego necesitaran reencontrarse. Estos amigos eran el agua, el fuego y la confianza.

El agua, siendo el primero en hablar, dijo: «Si alguna vez me pierden de vista y necesitan encontrarme de nuevo, busquen en prados exuberantes, cubiertos de hierba verde y flores en abundancia. Allí, donde la humedad se hace evidente, seguramente me hallarán, porque siempre estaré presente en ese entorno.»

El fuego, tomando la palabra, agregó: «Cuando llegue el momento en que deban rastrearme, diríjanse hacia lugares donde el humo se alce en espirales y la temperatura sea elevada. En tales sitios, estaré con seguridad.»

Finalmente, la confianza compartió su pensamiento: «Si llegara a desaparecer de sus vidas y no pudieran encontrarme, es probable que nunca me vuelvan a ver.»

Esta historia nos dejó una valiosa lección sobre la importancia de la confianza en las relaciones humanas y cómo, a diferencia del agua y el fuego que pueden ser localizados en lugares específicos, la confianza perdida puede ser mucho más difícil, o incluso imposible, de recuperar una vez que se ha desvanecido.